Reimpresas en una tormenta de sentimientos superiores, mejor formados, y lejos de la insanidad amarillenta, cubierta por una capa de grasa y maldad.
Esa manera extraña en la que funciona la mente, escuchando Digital Bath, en un éxtasis causado por el movimiento circular a alta velocidad. Los automáticos pasos premeditados. Como si las cosas siempre hubieran sido tan pulcras, definidas y claras.
Y lo que se acerca es luz...
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Ahora le veo el lado gracioso a todo..