lunes, 8 de junio de 2009

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El pequeño de la cara destrozada que jamás pudo recuperar el sueño. Ahora se convirtió en un hombre, un poeta de las sombras. Un alumno que es su propio maestro.

Cubre con guantes sus manos, calcinadas casi hasta los huesos y tendones.. Sonríe con los ojos cerrados y el alma abierta. Es libre al borde de una cornisa resbalosa. En el filo del Universo. Ama, odia.. Ama hasta la locura! Pero no es humano. No necesita serlo. Sus movimientos eléctricos podrían estar predeterminados por una fuerza que va más allá de lo físico y lo palpable. Su memoria fragmentada le parece tan lejana y abstracta como recuerdos de una niñez feliz. No necesita recordar nada, ya que tiene todo cuanto pudo desear. Todo aquello que habita en el mundo inmaterial es propio de él.

Blanco rostro cadavérico, no te interesa el mundo de las pérfidas bolsas de carne humana? Colores? Quién los necesita? Es tan divertido lucir muerto ante sus ojos..

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